(170) Sábado 7 de agosto de 2010
“Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida”, decía Benedetti.
Algo de eso nos está pasando. Cerramos ayer después de cuatro años, una etapa, un ciclo del programa radial La Vereda de Enfrente y hoy estamos abriendo otro. Casi sin lugar para que la nostalgia nos tironee la ropa. Hemos cambiado de día y dial y estamos contentos de estar en esta nueva casa que nos abrió sus puertas sin contraseñas. Sentimos que hemos cambiado de caballo pero sin desviar el rumbo, o mudado de casa pero con los mismos hermanos de ruta y destino. Más aun creemos que vamos profundizando este caminar, y de esto dieron testimonio a lo largo de esta semana un montón de oyentes, que convertidos en hablantes, nos alentaron a seguir caminando por esta misma vereda. En la escuela de la vida, cada uno que no me mata me hace más fuerte, decía. Nietzsche..Sí, lo que no mata fortalece”, y las madres con su vida hicieron carne esta idea. Siempre es bueno recordar esos caminos.
Este rumbo lo habíamos marcado en nuestros primeros programas donde expresábamos la necesidad de tener algún modo de poder comunicacional entendido como servicio, y de este modo superar miedos que paralizan y aíslan. La cuestión de los medios de comunicación es un problema central al cual tenemos que enfrentarnos no solo a nivel nacional sino también local. Si hay un Clarín nacional no es menos cierto que en nuestra ciudad suenan clarines. El conocimiento es poder y aquellos que controlan la información también pueden controlar las conciencias, es así de simple. Aquí y allá y en cualquier lado. Por eso necesitamos capacitarnos y tomar la decisión de intervenir en algún nivel para dar pelea en este complejo y apasionante territorio de la cultura. En este sentido, estamos convencidos que hacer otra forma de periodismo es necesario y por lo tanto posible. Debe haber en Chivilcoy un modo de contar la historia que no quede reducida a las voces que suenan desde el palacio municipal o la sede de policía. Es posible y necesario que emerjan esas otras voces, plurales, esas otras miradas, divergentes
Por eso desde esta Vereda, modestamente, hemos intentado acercarnos a la perspectiva de los excluidos y postergados del sistema, y poner en evidencia las desigualdades, haciendo nuestro aquel desafío de Bertolt Brech cuando decía: “...tú y yo, y aquellos que son como nosotros, tenemos que lograr de una vez por todas que no haya en el mundo dos clases de personas”...
La Vereda de Enfrente pretende ser un intento por modificar la realidad, intervenir en ella, con una clara conciencia de lo mucho que está en juego en este momento de nuestra historia. “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, decía Eduardo Galeano.
Esta formación de la conciencia entendemos que siempre se da en la acción concreta y palpable y nunca aislada de ella. Por eso tan frecuentemente nuestro programa se escapó de la radio y se sumó a encuentros, festivales, marchas, multiplicando brazos y juntando sueños. Los marcos teóricos que no muerden con la realidad y no dialogan con ella, solo hacen crecer la cabeza y terminan deformando la imagen de lo humano. El hombre es mucho más que una cabeza que piensa.
Por esto también desde La Vereda de Enfrente ahora cada viernes con mayor o menor acierto, seguiremos haciendo ese esfuerzo por poner al descubierto a qué se juega en la vereda del poder y quiénes y cómo juegan.
Para cerrar esta primera editorial permítannos traer un par de fragmentos de las muchas cartas recibidas por estos días:
Nos decía Pascual Simone citando a Orson Welles: Queridos compañeros de la vida: "la libertad es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír”. Estamos transitando épocas muy incongruentes, donde es muy barato el costo de venderse. Y Darío Pascuccio nos escribía: “Uno siembra, a veces en tierra yerma, otras entre las piedras; pero una semilla a veces cae en tierra fértil y brota, y se multiplica y termina por dar fruto. Sepan que las palabras lanzadas al éter no se pierden, porque anidan en las conciencias y brotan como la humilde semilla de sésamo para dar abundante fruto. Misterios de la comunicación… Sé que en cualquier esquina de nuestra querida ciudad -a veces tan mezquina, otras veces tan cruel- vamos a encontrarnos.”
Aquí estamos: La Vereda de Enfrente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario